Los olores representan un porcentaje significativo de la información de la realidad que el ser humano es capaz de percibir. De hecho, gran parte de nuestros recuerdos están ligados a aromas concretos, más sugestivos que cualquier fotografía. Es lógico, pues, que los ambientadores y difusores formen parte de nuestro día a día, ¿verdad?
Tradicionalmente, la dispersión de los aceites esenciales se ha realizado mediante el calentamiento o la combustión de los extractos, pero hoy disponemos de métodos más sofisticados, como los ultrasonidos o la nebulización. Así, en el mercado de la aromaterapia existen diversos tipos de difusores de aceites esenciales. ¿Cuáles son los más demandados?, ¿qué características y beneficios los distinguen?